La instalación de infraestructura clave para el cierre de la brecha digital podría pasar a demorar 400 días cuando persiste desigualdad de acceso entre zonas urbanas y rurales.
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Chile aprobó la propuesta de legislar el proyecto que iguala las condiciones para la instalación de antenas de telecomunicaciones en zonas urbanas y rurales. De avanzar,la iniciativa que nace de un interés genuino de eliminar la supuesta “discriminación arbitraria” entre sitios,supondrá un paso atrás en los avances locales a favor del cierre de la brecha digital.
Se busca,en concreto,modificar los artículos 116 bis E y bis H del decreto 458/1976 del Ministerio de Vivienda y Urbanismo a fin de establecer los mismos requisitos para la instalación de torres,soporte de antenas y sistemas radiantes de transmisión de telecomunicaciones en áreas urbanas y rurales. La moción fue apoyada por 23 votos a favor,cinco en contra y dos abstenciones.
“Las condiciones no son las mismas (que en 1976),por eso se requieren homologarlas”,defendió la senadora y presidenta de la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones,Ximena Órdenes. Tras el visto bueno general,el texto regresó a la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones,donde se votarán las indicaciones que presenten el Ejecutivo y los parlamentarios para perfeccionar su redacción.
La iniciativa presenta como argumentos,además de la necesidad de eliminar la discriminación arbitraria,los avances de la tecnología: desde hace más de 10 años hay más teléfonos que personas en Chile y “el aumento de las tecnologías debe ir de la mano de una intervención sostenible del medio ambiente y nuestras ciudades”. Hay un tercer argumento,quizás el más polémico,que tiene que ver con la supuesta afectación a vecinos que este tipo de instalaciones genera.
En la revisión del texto,se hizo saber que la propuesta podría generar demoras en la instalación de antenas en zonas rurales: la luz verde podría pasar de tardar un mes a 400 días. Esto en un contexto de clara disparidad en el acceso a conectividad entre zonas urbanas y rurales. Un relevamiento reciente de Chile Telcos expone una brecha de casi 13 puntos en el número de personas con acceso a Internet en el hogar en sitios urbanos frente a rurales.
“La conectividad rural era parte de la conversación pero ahora es la conversación”,había dicho Francisco Concha,de ClaroVTR,en Chile Media Show. Agregó que el país tiene unaruralidad del 83 por ciento y sólo la mitad de estos hogares tiene conectividad fija o móvil. Sobre la posibilidad de que avance esta iniciativa,consideró que “sería no incentivar la inversión privada; puede agudizar la brecha”.
El nuevo texto tendría altísima incidencia sobre la realidad de los despliegues. La mayoría de las antenas y sistemas radiantes de zonas rurales corresponden a estructuras de más de 12 metros,para las cuales pesa una tramitación más compleja. El porcentaje es de más del 97 por ciento si se contemplan antenas para 3G y 4G y superior al 99 por ciento en el caso de 5G.
Sobre la reacción de vecinos,el texto original de la iniciativa habla hasta de afectación por posibles efectos daniños a la salud de las antenas,algo no probado científicamente,o incluso cuestiones estéticas. Algo más: parte de la iniciativa no es replicable en zonas rurales,como obras de compensación vinculadas al mejoramiento del espacio urbano que no tendrían aplicación en sitios de estas características.
Así las cosas,el siempre aplaudido Chile por sus buenas acciones en materia de conectividad,que incluso le valen en distintos escenarios el mote de hub digital de América Latina,choca de frente con una iniciativa que está a contramano de buenas prácticas y del pedido unísono de la industria de acciones de simplificación regulatoria que abran puertas a la plena conectividad.
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