Luego de la escasez de semiconductores en el mundo, generada por la pandemia de Covid-19, esta industria observa una mejora, gracias a las diferentes inversiones y alianzas entre países desde 2022 y lo que va de este año.
Centroamérica no es ajena a esta recuperación. Estados Unidos anunció una serie de acuerdos con Costa Rica y Panamá para impulsar la fabricación de chips en esta región, que si bien beneficiará a la nación del norte al diversificar su cadena de suministro y aportar al abastecimiento de chips en sus sectores críticos, también conviene a la región, pues además de generar mayor inversión, se prevé la creación de empleos, el intercambio de tecnología y conocimiento, y el impulso a las universidades para desarrollar carreras enfocadas a esta industria, consideran expertos consultados por Forbes.
Estados Unidos piensa que tanto Costa Rica como Panamá ayudarán a incrementar y diversificar el ecosistema global de semiconductores, por lo que destinó 1,000 millones de dólares (mdd) para el desarrollo de chips en ambas naciones. El gobierno estadounidense ha dicho que los países del istmo contribuirán a crear una cadena de valor global de semiconductores que sea más resiliente, segura y sostenible.
Esto puede plantear la idea de posicionar a estos dos países como un ‘hub de semiconductores’ a nivel mundial y no sólo en Latinoamérica, gracias al Fondo Internacional de Innovación y Seguridad Tecnológica (Fondo ITSI), creado por la ley de Chips de Estados Unidos, a la atracción de inversión extranjera directa y al interés de inversionistas.
Estados Unidos presentó la Ley Chips and Science Act, que es un programa de 280,000 mdd para los próximos años, de los cuales unos 52,000 mdd se destinarán a mejorar la fabricación de semiconductores.
El fortalecimiento de la industria es una tendencia global. Siguiendo los pasos estadounidenses, Corea del Sur construirá el centro de semiconductores que podría ser el más grande del mundo, con una inversión privada de 230,000 mdd, en su mayoría de Samsung Electronics.
La Unión Europea tampoco se quedó́ atrás y plantea tener el 20% del mercado de los semiconductores en el mundo hacia 2030, esto mediante una inversión inicial de 100,000 millones de euros (108,000 mdd).
Las alianzas anunciadas en julio con Costa Rica y Panamá́ muestran que Centroamérica será una pieza clave en la fabricación de semiconductores, por lo que posiciona a la región del istmo como un naciente concentrador de chips a nivel global.
La alianza con Estados Unidos “tiene el potencial de posicionar a Panamá de varias formas dentro de la industria (de semiconductores) a nivel mundial”, piensa Carmen Gisela Vergara, administradora general de la Autoridad para la atracción de inversiones y la promoción de exportaciones (PROPANAMA).
En el caso de Costa Rica, el gobierno estadounidense ha dicho que esta cooperación iniciará con “una revisión del desarrollo actual de la industria de semiconductores, el marco regulatorio y las necesidades de mano de obra e infraestructura”.
Aunado a las acciones gubernamentales, se han realizado diferentes inversiones privadas para fortalecer el suministro, cuya escasez en la pandemia afectó a diversas industrias de relevancia, como la automotriz y la de smartphones.
Una de las inversiones privadas más relevantes fue la de Intel por 120,000 mdd para la manufactura de chips en América Latina y Europa, anunciada en marzo de 2022. Y a finales de agosto de este año, Intel Costa Rica precisó la inversión de 1,200 mdd en ese país para apuntalar la cadena de suministro para los microprocesadores.
¿UNA ELECCIÓN CORRECTA?
Estados Unidos pudo tomar en cuenta diversos factores para destinar 500 mdd a Panamá y otro tanto a Costa Rica, entre los que destacan sus conexiones eficientes, crecimientos económicos, clima para los negocios, además de capital humano capacitado.
Desde la perspectiva de PROPANAMA, el país canalero tiene condiciones favorables para atraer inversiones globales, ya que cuenta con un entorno político, social y económico estable; excelente conectividad digital y de transporte con los principales mercados del continente: Estados Unidos, Canadá, Brasil, México y Colombia.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá destaca la posición geográfica del país en el centro del continente americano; ser uno de los centros logísticos más importantes del hemisferio del oeste para el trasbordo de bienes, y contar con el régimen especial de Sede de Empresa Multinacional (SEM).
“Ofrecemos una serie de ventajas que nos posicionan como una alternativa muy competitiva”, asume Vergara.
En el caso de Costa Rica, una guía para la inversión emitida por el gobierno local refiere un clima de negocios basado en una reconocida tradición de democracia, estabilidad económica y política, que más del 90% de la energía es renovable y que no impone limitaciones a las transferencias de fondos de capital asociadas a una inversión, independientemente de la moneda.
El presidente de la Cámara de Tecnologías de Información y Comunicación de Costa Rica (CAMTIC), Paul Fervoy, considera que una de las razones por las que Estados Unidos decidió realizar esta alianza es que esa nación ya cuenta con experiencia en temas de semiconductores. En noviembre de 1996, Intel estableció una fábrica en Costa Rica para ensamblar y probar microprocesadores.
“Costa Rica fue introducido al mundo de los procesadores en los años no venta. Cuando Intel decidió́ instalar una de sus plantas de microprocesadores. Y a pesar de que en su momento se llevaron el departamento de Microprocesadores, dejaron el departamento de Investigación y Desarrollo”, comenta Fervoy.
Ambas naciones centroamericanas cuentan con grandes indicadores económicos: la atracción de inversión extranjera y el crecimiento del PIB. Se prevé que Panamá será el motor de crecimiento de la región con un estimado de 4.6% al concluir 2023, mientras que Costa Rica tendrá un PIB de 2.7%.
Los dos países son los mayores receptores de inversión extranjera directa (IED). Costa Rica está en primer lugar con 3,673 mdd, y Panamá registró una IED por 2,513 mdd.
En el caso de Costa Rica, la IED es clave en su posicionamiento a nivel mundial. El Índice de desempeño de IED Greenfield, elaborado por fDi Intelligence, revela que los ticos tienen la mayor inversión extranjera directa en el mundo respecto a su Producto Interno Bruto (PIB).
Además, Panamá se posiciona como el país más favorable para establecer multinacionales en Latinoamérica, plantea una revisión de la compañía experta en normatividad, Mercator, en su LATAM Entity Portfolio Management.